El dolor ,que se reflejaba danzando tras la visión enferma de mi aparato vital, era una muestra de mi confusión y el despertar de mis palabras fue su eco, tras esas voces difuminadas se encontraba mi camino, ya lo vislumbraba nuevamente.
¿Dónde estoy yo? No pertenezco a ningún lugar que hasta ahora haya conocido, y ¿es que acaso el ser humano pertenece a algún sitio?
¿Estamos destinados a vagar? Yo me sentía de esa manera, tan libre y a la vez tan aislada, sin saber que podría ocurrir, que debía de hacer y en que forma tendría que reaccionar. Ésta es la verdad: no lo sé. Quisiera encontrarme con alguien que me dijera lo mismo, que después de años de vida siguiera en la posición de un pequeño infante ante la duda enorme de nuestra procedencia y de nuestro extraño existir, cómo es que esto conlleva a una vida de preguntas.
Parecido al reflejo que emiten los lentes al contacto con las sabanas ardientes del sol, yo sentía así lo que se me dejaba percibir de la realidad. Verdaderamente tan extraña en este mundo. Día tras día continuaba, los días se seguían sucediendo, cada uno acumulándose en la cumbre de mi reloj, en la cumbre de mi indiferencia... ¡No! De indiferencia no se trata, es desconocimiento, ignorancia de mi situación venidera.
Y es tal vez... ¿Pasa lo mismo con todos? ¿Sólo siguen el día a día sin incomodarse?¿Por qué a mi me resulta tan incomodo? ¿Por qué no lo soporto?
Me parece incipiente mi expectativa a la voluntad del porvenir, a la voluntad de la humanidad.
martes, 26 de junio de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
Los vidrios del Universo
Entran por los vidrios del extraño universo, las imágenes
del teatro diminuto del sentido común.
Tus señales, de espacios lejanos, transmiten la frecuencia necesaria para
prender su motor cósmico. ¿Lo entiendes, puedes oír el vacio del infinito?
Mis satélites claman, han recibido tus haces de luz. ¿Lo
entiendes? Somos universos distantes, que se mezclan al topar con el infinito.
Mis vidrios asemejan a esferas blancas, te miran aunque las nebulosas se
interpongan. Y tras miles de años luz, mis mensajes son descifrados, pues el
tiempo se lleva la vida, pero jamás mis
cantos.
¿Cuántos años llevará? Para que el cosmos nos una. ¿Somos
humanos o acaso solo un alma?
¿Y que hacemos entre toda la existencia? Me pregunto a donde
nos llevara la razón, quizás hasta la imaginación. Y afuera de los asteroides
que me rodean, te encuentras tú. La humanidad, entre galaxias y estrellas,
llega en momentos a fundirse en un solo tiempo.
jueves, 5 de enero de 2012
Abraxas
Las serpientes hermanas,
que hacen fluir dos ríos,
del bien y el mal,
del siempre y jamás.
Por nuestras vertientes,
fluidos de rojo,
emana el demonio,
inventados en las
prestigiosas, mentirosas mentes.
Esos ríos de sangre,
simbolo de vida
y temor a la muerte.
Caminando dentro,
entre dos extremos,
acercandonos a lo dulce
y alejandonos del amargo,
yendo a la oscuridad,
dejando a la luz.
El humano parece,
dividido en dos,
debatiendonos,
con dos manos,
con dos ojos
y con dos labios.
Bailando inestables,
al ritmo de tambores,
que se tornan guitarras,
de un rojo a un azul,
del calor a la desesperación,
transitamos entre calles,
por las casas,
por las mentes,
por las piernas,
por las melodias,
siempre y nunca,
en la vida y en la muerte.
Divididos en dos
y forzados a ser uno,
nubes y cielos,
lluvias y sequias.
Dentro del cosmos,
dentro de uno,
afuera de todos,
casi sin rumbo.
A donde camines
encontraras
una linea que divide
el bien del mal.
Ricos y pobres,
paz y caos,
somos la transición,
de lo que ha pasado.
Somos lo que han dejado
y lo que vamos dando,
gritos de esperanzas,
llaqntos de dolor.
Calor y frio,
del cuerpo,
del alma,
del valor.
Formando fractales,
construyendo altares,
misticidad y la razón,
conviven en una sola voz.
Tal como la oscuridad,
ella vira a la luz,
estamos entre
dos caminos.
Somos evolución constante,
el corazón de la tierra,
palpitante,
somos esos humanos,
el bien y el mal,
conviven en nuestras entrañas,
la sintesis del pasado.
que hacen fluir dos ríos,
del bien y el mal,
del siempre y jamás.
Por nuestras vertientes,
fluidos de rojo,
emana el demonio,
inventados en las
prestigiosas, mentirosas mentes.
Esos ríos de sangre,
simbolo de vida
y temor a la muerte.
Caminando dentro,
entre dos extremos,
acercandonos a lo dulce
y alejandonos del amargo,
yendo a la oscuridad,
dejando a la luz.
El humano parece,
dividido en dos,
debatiendonos,
con dos manos,
con dos ojos
y con dos labios.
Bailando inestables,
al ritmo de tambores,
que se tornan guitarras,
de un rojo a un azul,
del calor a la desesperación,
transitamos entre calles,
por las casas,
por las mentes,
por las piernas,
por las melodias,
siempre y nunca,
en la vida y en la muerte.
Divididos en dos
y forzados a ser uno,
nubes y cielos,
lluvias y sequias.
Dentro del cosmos,
dentro de uno,
afuera de todos,
casi sin rumbo.
A donde camines
encontraras
una linea que divide
el bien del mal.
Ricos y pobres,
paz y caos,
somos la transición,
de lo que ha pasado.
Somos lo que han dejado
y lo que vamos dando,
gritos de esperanzas,
llaqntos de dolor.
Calor y frio,
del cuerpo,
del alma,
del valor.
Formando fractales,
construyendo altares,
misticidad y la razón,
conviven en una sola voz.
Tal como la oscuridad,
ella vira a la luz,
estamos entre
dos caminos.
Somos evolución constante,
el corazón de la tierra,
palpitante,
somos esos humanos,
el bien y el mal,
conviven en nuestras entrañas,
la sintesis del pasado.
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