jueves, 5 de enero de 2012

Abraxas

Las serpientes hermanas,
que hacen fluir  dos ríos,
del bien y el mal,
del siempre y jamás.

Por nuestras vertientes,
fluidos de rojo,
emana el demonio,
inventados en las
prestigiosas, mentirosas mentes.
Esos ríos de sangre,
simbolo de vida
y temor a la muerte.

Caminando dentro,
entre dos extremos,
acercandonos a lo dulce
y alejandonos del amargo,
yendo a la oscuridad,
dejando a la luz.

El humano parece,
dividido en dos,
debatiendonos,
con dos manos,
con dos ojos
y con dos labios.
Bailando inestables,
al ritmo de tambores,
que se tornan guitarras,
de un rojo a un azul,
del calor a la desesperación,
transitamos entre calles,
por las casas,
por las mentes,
por las piernas,
por las melodias,
siempre y nunca,
en la vida y en la muerte.

Divididos en dos
y forzados a ser uno,
nubes y cielos,
lluvias y sequias.

Dentro del cosmos,
dentro de uno,
afuera de todos,
casi sin rumbo.

A donde camines
encontraras
una linea que divide
el bien del mal.

Ricos y pobres,
paz y caos,
somos la transición,
de lo que ha pasado.
Somos lo que han dejado
y lo que vamos dando,
gritos de esperanzas,
llaqntos de dolor.

Calor y frio,
del cuerpo,
del alma,
del valor.

Formando fractales,
construyendo altares,
misticidad y la razón,
conviven en una sola voz.

Tal como la oscuridad,
ella vira a la luz,
estamos entre
dos caminos.

Somos evolución constante,
el corazón de la tierra,
palpitante,
somos esos humanos,
el bien y el mal,
conviven en nuestras entrañas,
la sintesis del pasado.