domingo, 2 de octubre de 2011

Miedo

Existe un sentimiento proveniente de las entrañas más profundas, aquellas que arden tal  como una flama inapagable. Como miedo se le ha conocido por los mortales.

El miedo implacable hace despertar del sueño al hombre, lo acecha, lo toma por el cuello, el dedo pulgar presiona firmemente hundiéndose en tu piel hasta tocar las venas, los dedos de su áspera mano aprieta tu cuello que aparenta ser arena ante su fuerza ¿lo puedes sentir? Te exilia de tu rutina para que seas empujado al sendero del sufrimiento, la muerte te canta al oído.

Tus entrañas dejan correr el veneno, mas tu pecho atemorizado se opone inamovible a ser conquistado, se sostiene firmemente de tu voluntad, de tu amor, sin embargo, el miedo es poderoso su deleite es tu debilidad. Te continua oprimiendo, es como si estuvieras atrapado en una caja de acero que se empequeñece, cada vez un poco más... sus paredes te oprimen todos tus órganos, tu cuerpo se reduce, se desploma. Tan solo ha quedado una masa, a partículas, a viento, a estrellas, a nubes, a universo.

¿Puedes verme? Mirame, justo a los ojos, besame, resguardame en tus pupilas. Dejame ser el brillo que alumbra disolviendo tu oscuridad. Permiteme vivir en tus brazos, seré tu escudo haciendo frente a la fría soledad.
Intername en tu cuerpo, hazme olvidar que existe el tiempo.

¡Corre!, ¡Vamos!, muevete, da otro paso. Llega, ven hasta aquí, te abro mi pecho, será tu hogar, entra y devora mi miedo con tu risa, hazme fuerte con tus caricias, vaguemos por nuestros cuerpos.

Construyamos un  muro que nos proteja, dentro nos encontraremos los dos. Un muro de piel, de carne, de alma, de sangre...

El miedo nos mirará con simpatía, pues sabrá que hemos vencido, lo veremos partir, lo veré con tu calor transformado en mis ojos. Solo te sentiré a ti, a mi, a ese otro que somos y no somos más, no importa nada. Tus labios son mi verdad.